Astérix y Obélix
Había una vez hace miles de años un pequeño pueblo galo,
que estaba invadido alrededor del malvado pueblo romano.
Gracias a su druida Panoramix podían sobrevivir,
por la poción mágica que les hacía por sus venas fluir.
Les daba una fuerza sobrehumana,
que el que toma la poción todas las batallas gana.
Todos los días luchaban contra los romanos,
los romanos siempre salían con heridas en la cara y en las manos.
Después los galos volvían a su pueblo contentos,
aunque un poco sedientos.
Un día los romanos a Panoramix cogieron
y los galos de ira ardieron.
Asterix y Obelix salvarle quisieron
y aunque con mucho esfuerzo lo consiguieron.
Al día siguiente el más viejo de los galos sin contar a Edadepiedrix,
es decir, Vegestorix,
vió que al pesado de la aldea cuando canta, aunque majo cuando calla,
los romanos tenían atrapado en su muralla.
Se lo contó a los galos y pensaron que ya se habían pasado de la raya
y Asterix y Obelix sin pensarlo fueron a la batalla.
Más tarde a los juegos olímpicos fueron,
y allí mucho se rieron.
Cuando Asterix hubo conseguido una batalla ganada
su amigo Obélix le esperaba en la grada.
Cuando al pueblo volvieron
como héroes les recibieron.
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